La función de un distinto

Cuando en la previa del inolvidable Mundial de Francia 2007, el por entonces capitán Agustín Pichot (acertadamente) se le plantaba con respeto y firmeza a Marcelo “Tano” Loffreda, para decirle que Juan Martín Hernández, debía ser el diez de Los Pumas y Felipe Contepomi debía dejar la 10 para ser primer centro, Felipe tragó saliva y pese a no gustarle, se movió de puesto sin dejar de ser el pateador principal.

Luego el tiempo le daría la razón a la carta que se jugarían Los Pumas, (de la mano de Pichot) poniendo acertadamente al “Mago” de 10. Pero más allá de que eso, que es historia, es importante marcar un paralelismo entre aquel “invento” que se hizo ya que Hernández venía de jugar de fullback y terminó de consagrar al mejor Juan Martín que vimos, con esta realidad del staff puma de dejar a Nicolás Sánchez fuera de la conducción titular y seguir improvisando un puesto clave.

Lejos del pedido popular, del provincianismo fanático, de las estadísticas goleadoras de “Cachorro, y cerca del análisis fino, es menester destacar que Sánchez es el único conductor natural y con más rodaje que tiene este equipo. Sus lauros de antaño lo avalan y deben ser respetados. Y cómo Hernández, por aquél 2007, el tucumano debe ser el conductor de un equipo, que está entre mejorar y seguir ganando, o preparar las valijas prontamente.

Si Michael Cheika y Felipe Contepomi, creen que Sánchez debe volver a sentarse en tribuna o sólo tiene 10 minutos de juego para dar ante Japón, van por el camino equivocado. No tan solo se seguirán equivocados, también mostrarán una falta grosera de profesionalismo en un mundial.

En un Mundial no se improvisa. Salvo que pase lo que pasó aquella vez con el ingreso del “tapado” Juan Martín Hernández. Un distinto, al que le tocó justamente jugar de otro puesto (primer centro) cuando años después compartió cancha con el hoy histórico goleador de Los Pumas.