¡Por ahí no es el camino, Pumas!

Es imposible ganar en cualquier juego colectivo donde la obtención, la efectividad y la defensa no son claras. Menos cuando se improvisa y no se tiene variantes sólidas en las producciones de lo que se conoce por la columna vertebral de un equipo: sus conductores, sus líderes, sus guías más experimentados. 

Hoy, Los Pumas, mostraron alarmantes intermitencias en el partido que tenían que ganar. Ganar, por ser el primero, y porque siempre es mejor desde lo mental comenzar con un resultado a favor (aún jugando mal) y luego en el camino corregir o cambiar. 

El planteo de la dupla Michael Cheika y Felipe Contepomi, fue inentendible, pobre, y desaprovechó una gran oportunidad; mucho más ante un rival que pasa una de sus peores crisis deportivas en años y que con el simple ABC del juego, desnudó falencias de su rival durante todo el juego, aún con un jugador menos. 

Un párrafo aparte merece la desconcertada expresión del equipo en todas sus facetas: con poca solidez en el scrum, con llamativas falencias en el juego aéreo, tanto en salidas, como en los lines y con una cantidad importante de penales en la lucha de rucks. Todo un combo en casi 80 minutos de juego. Es demasiado e imposible de sostener.

No hay tiempo de cambiar y si de corregir. No hay tiempo de que la negativa parte mental siga ganándole al buen juego que quiere mostrar el equipo argentino, o que por momentos intenta.

Hoy Los Pumas no tiene tiempo para aprender, porque en mundial el aprendizaje queda de lado. A un mundial se llega para aplicar lo aprendido.

Que no se repita lo que hizo Mario Ledesma, desde el juego y lo mental.¡Por ahí no es el camino, muchachos!