Viernes 09 de Mayo de 2025

01/04/2023

Rugby Femenino

mujer destacada

Una tucumana hace historia en Córdoba

Una ex Tucumán Rugby es jugadora y la primera Vicepresidenta de un club en Córdoba. Hablo en exclusiva con Tercer Tiempo NOA.
Patricio Guzmán

Redactor de Tercer Tiempo Noa

Es sábado en capital cordobesa. La humedad que no se quiere ir con el verano parece irreconocible para una provincia donde la briza con el permanente sonido a cuarteto se siente más por Córdoba Athletic Club, que se afinca en el mítico barrio Jardín Espinosa.

El club que emerge en Argañaráz y Murgia, eleva sus banderas rojas y negras y se abraza a un rugido único en la llamada “Familia de Leones”, en su cartelera  principal. El rojinegro es el club más viejo de todos los deportes en toda Córdoba. Nació en 1882 con la llegada del ferrocarril y la inmigrante estirpe inglesa, que entre tenis, rugby y luego el hockey sobre césped, le abrió la puertas a propios y extraños, para hacer punta de lanza en la provincia mediterránea.

Iciar Lecuona, en Córdoba Athletic, donde es jugadora y Vicepresidenta. FOTO: Patricio Guzman Iciar Lecuona, en Córdoba Athletic, donde es jugadora y Vicepresidenta. FOTO: Patricio Guzman

Hoy, con tanta historia y con el “Bimbo” Rizzuto contando en su libro vida y juego del Athletic, un par de hojas más deberán agregarse a la rica historia deportiva y social, porque una tucumana es la primera Vicepresidenta de la historia de Athletic y de todos los clubes de Córdoba en toda su extensión. Es Iciar Lecuona, la “Ichi”, quien comenzó du vida deportiva en Tucumán Rugby Club,  luego emigró como arquitecta para buscar nuevos aires y hoy se sienta en la dirigencial mesa chica de una respetada entidad y con su tonada tucumana, nos cuenta sus sueños, su actualidad y su pasado.

Tucumán Rugby, donde todo comenzó

Iciar nunca olvida sus raíces. Su tiempo verdinegro en Tucumán Rugby le fue marcado a fuego un modo de vida y así lo cuenta: “Desde niña llegué a Tucumán. Primero descubrí el tenis y luego me quedé completamente enamorada del hockey. Tengo imágenes de mi hermano Miguel jugando al rugby desde sus cuatro años, de Sebastián que luego se suma y también se apasiona con la ovalada junto a Mariano, el menor. Diego, mi padre que falleció en tiempos de pandemia, era un asiduo visitante de la cantina donde aprovechaba para leer La Gaceta y cuanto libro se le cruce con el café como su gran compañía. Mi madre Leonor, quien vive actualmente en Tucumán, no se despegaba del costado de las canchas para vernos. Fue un tiempo feliz y de momentos inolvidables”.

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¿Qué entrenadores aparecen en tus comienzos en el hockey?

La primera persona que me entrena en infantiles se llama Verónica pero nunca recuerdo su apellido. Ella me va moldeando y luego aparece Andrea Luciano y Mariana López Naon en mis tiempos de juveniles y el reserva, como en los pocos partidos que jugué en primera, Fredy Ortega, quien fue por muchos años entrenador del plantel superior, y hoy sigue vigente.

A “Ichi” le brillan los ojos cuando recuerda su tiempo verdinegro en Marcos Paz  cuando pisaba la legendaria calle Salas y Valdéz: “Idolatré a Mariana López  Naon, a Romina Valdéz, Silvia Acuña, Conti Laverne y a Fabiola y Monica Ruejas. Esa era la columna vertebral de la primera en mis tiempos de juveniles. Las admiré mucho. No había césped sintético y ellas hacían maravillas. Eras cracks” – recuerda.

Lecuona y sus amigas de Tucumán en una gira del club verdinegro a La Tablada. FOTO: Gentileza Iciar Lecuona Lecuona y sus amigas de Tucumán en una gira del club verdinegro a La Tablada. FOTO: Gentileza Iciar Lecuona

¿Qué recuerdos tienes de ese Tucumán Rugby en la parte social?

Mucha vida de club. Llegar en el colectivo 102 con mis hermanos. Nosotros vivíamos en el centro, en la calle Salta entre Santiago y San Juan. Eran viajes inolvidables a Marcos Paz en busca de juegos y amigos. De ir a entrenar infantiles, de volver a la tarde y luego planear la salida a la noche. Había fines de semana que nos quedábamos a ver la primera de rugby cuando jugaba de local. Era todo pura vida de amigos y de compartir en la cantina.

¿Qué jugadores recuerdas en ese rugby de mayor que te quedabas a ver?

Martín Terán, que era un crack y no lo podían alcanzar. Imposible no mencionar a Santiago y Patricio Mesón, a la Cata García Hamilton, a Julito Paz y Cristian Wagner. Los hermanos Julio y Federico Williams, a Gabriel Terán y a muchos más que pertenecieron a un equipo que dirigía el Mono Rizzo y que era una máquina de ganar todo.

Un éxodo con tonada cordobesa

Lecuona armó sus valijas y emigró a Córdoba Capital. Se llevó su título de arquitectura en busca de nuevos vientos y con el apoyo de su hermano Miguel, quien ya estaba afincado en La Docta, tiró amarras y se quedó. “Jugué tres meses en La Tablada, pero me quedaba muy lejos para ir desde el centro de la cuidad hasta barrio Urca. Lo que son las cosas de la vida, un fin de semana mis amigas de Tucumán Rugby vienen a jugar a Córdoba Athletic y me llaman para vernos. Fui al club y me encantó su parte deportiva y social, como su proximidad con mi trabajo y acá estoy. Soy una integrante más de su familia deportiva” – afirma, quien jugó en la segunda línea del club inglés. “Allí encontré a la China Soria que me amadrinó y me hizo sentir como en casa. Ella me integró al grupo” – recuerda agradecida.

Pasión rojinegra. Córdoba Athletic Club, su casa actual. FOTO: Gentileza Iciar Lecuona Pasión rojinegra. Córdoba Athletic Club, su casa actual. FOTO: Gentileza Iciar Lecuona

La tucumana pasas sus días entre planos de obras y hockey de veteranas en la cuarta línea y dedicada a su equipo familiar; es mamá de Gregorio y Lucía producto del amor que abraza con Javier Pisani, arquitecto y compañero de vida. “Ellos me bancan para seguir. Mi esposo no viene del rugby ni del hockey, pero me alienta a seguir en Athletic. Mi hijo juega al fútbol y mi hija sigue mis pasos en el hockey”- apunta.

Iciar, flanqueada por sus hijos  en un alto de su pasion: el hockey. FOTO: Gentileza Iciar Lecuona  Iciar, flanqueada por sus hijos en un alto de su pasion: el hockey. FOTO: Gentileza Iciar Lecuona

La pionera

¿Y qué dice Javier de su esposa qué es Vicepresidenta de un club?

(Se ríe a carcajadas) Que estoy loca para meterme en esto. No es fácil. Ser mujer también implica hacer. En los clubes el patrón de problemas siguen siendo los mismos. Las quejas por qué deporte se impone. La falta de protagonismo y no queda otra que involucrarse para hacer y dejar atrás esa queja. Córdoba Athletic es un club grande e histórico, ser parte de esa historia y trabajar para mejorar su vida deportiva y social, es un gran desafío en lo personal. Mis amigas de Tucumán también me dicen que estoy loca, pero soy así. Me invitó Gastón López quien es el actual presidente a sumarme y acá estoy. Escucho, hago, aporto, vuelvo a escuchar, debatimos. Trabajar en equipo también es parte de la faceta dirigencial. Somos un equipo que empuja con todo lo que comprende el club con más años en la provincia.

¿Quién te propuso como Vicepresidenta?

Creo que fue Gustavo Oulton que está en el Comisión Directiva. Cuando propuso mi nombre me temblaron las piernas. Ojalá que mi llegada sea la punta de lanza para nuevas mujeres que se involucren en la parte dirigencial.

La Tucumana hace historia al ser la primera Vicepresidenta mujer de su club y de todos los clubes de Córdoba.  FOTO: Patricio Guzman La Tucumana hace historia al ser la primera Vicepresidenta mujer de su club y de todos los clubes de Córdoba. FOTO: Patricio Guzman

Por más mujeres

Iciar, sueña con más mujeres en la mesa chica de los clubes y también de su amado Tucumán Rugby. “Es parte de un salto de calidad que la mujer sea parte, no para luchar por imponer un deporte sobre otro. Si para sumar, ser justos y nivelar para arriba” – expresa.

Arquitectura y sueños de hockey

Hay una Iciar Lecuona que pasó su vida en el “Jardín de la República”, que recorrió sus calles y ocupó sus espacios. Que es más que la Vicepresidenta del club con más abriles en toda la extensión del mapa cordobés: “Soy la que hizo toda la escuela primaria y secundaria en la vieja y querida Escuela Sarmiento  donde me decían que era la checa de Tucumán Rugby Club y en mi club, me decían que era la hippie de la Escuela Sarmiento. Soy la que fui feliz en Tucumán Rugby, llueva, salga el sol, o hagamos dedo en el Cristo para llegar a ese espacio verde llenos de amigas y amigos. Soy la que se quemó las pestañas venciendo el sueño, entre estudios de arquitectura y la que siempre agradecerá a Pepel Páez Márquez, mi profesor y hombre de Tucumán Rugby, que me dejaba llegar tarde por que tomaba dos colectivos entre vida de club y facultad. La que no olvido a mi querido profesor Pepe Mesón, padre de Santiago y el Pato, que me evaluó en el proyecto final de mi carrera”- recuerda.

¿Y cuándo volvés a Tucumán con qué te encontrás?

Con nostalgias. Con mi madre. Con mis sobrinos en Tucumán Rugby, con mis amigas, con cambios y reencuentros con personas que hace años no veo. Me encuentro con que no está más Julio Paz y el Mono Rizzo y eso es raro y duele. Me doy cuenta que pasó el tiempo y me sigo viendo ahí, llegando en el 102 para jugar al hockey de niña, como lo sigo haciendo hoy, un poco más lejos.

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