Una marea humana copó el valle

No exageración. Fueron 20 mil personas que taparon el verdor de la cancha de Polo de La Angostura para darle rienda suelta a un Seven que cumplió veintiún abriles y lo festejó a puro sol.

El juego, la seguridad, el divertimento y por sobre todo la temperatura ideal, cerró un combo que tuvo al rugby como un factor humano clave para decir que le gente la pasó bien y sanamente. Un párrafo aparte para el ofrecimiento tafinisto desde su gente. La humildad de sus habitantes a la hora de recibir una gran multitud, hablan de una paciencia  generosa y por sobre todo del amor por un lugar que ellos cuidan como un tesoro paradisiaco.

El Seven fue un éxito y no sorprende. Lo viene siento. Es un punto de encuentros donde habitantes de diferentes lugares del país se congregan más allá del inquieto cuero ovalado. Significa mucho para Tucumán tanto esfuerzo de un equipo que lo comprenden dirigentes políticos, jugadores, árbitros, entrenadores, fuerzas de seguridad, trabajadores desde la logística y por supuesto los organizadores. La gente es la que termina de engalanar una puesta escena que cada año pide más espacio en su desborde de ganas de ir, estar, ver, ser y pertenecer.

El Seven de Tafí ya demostró que puede hacer. Su multitud ya lo consagró como el torneo de juego reducido más convocante del país y no es poca cosa.