Una tarde inolvidable en Ojo de Agua

Tucumán vivió un sábado inolvidable de rugby. Una fiesta que difícilmente pase al olvido. La inclusión, el memorial, la vuelta al ruedo de viejas glorias del anaranjado seleccionado tucumano y de rugido puma de ayer, se hicieron presentes, para cerrar la tarde con un broche de oro, el choque del dueño de casa, Universitario, rey de copas, ante quien lo secunda en honores, Tucumán Rugby Club.

Que se vengan los chicos

El trabajo de inclusión de Cardenales tiene una capacidad de descripción inimitable. Es magistral por donde la se mire. Humana, pasional y por sobre todo emocionante. Ver a esos “angeles” jugar entre Pumas Clasics, soltar sus sonrisas y por sobre todo ser parte de una marca registrada, no hace más que igualar al ser humano. El aplauso final en la apertura de la jornada caló hondo en el corazón de los presentes. Los chicos se fueron felices y como se merecen, ovacionados.

Vieja y gloriosa Naranja

Bajo las órdenes de Alejandro Molinuevo y Julio Paz (h), el seleccionado clasic de Tucumán no faltó a la cita. Le sacó el jugo a su juego con entrega y con esa pasión que hace de su vestimenta una marca registrada. Fue emocionante ver nuevamente a jugadores que le dieron tantas alegrías a los fanáticos, que disfrutaron de los últimos campeonatos argentinos. Desde temprano se vieron caras de emociones por doquier en cada abrazo entre jugadores que hace tiempo no se juntaban a jugar y a compartir un tercer tiempo.

Viejos Pumas siguen rugiendo

Con Eliseo “Chapa” Branca, Martín Sansot y Rafael Madero a la cabeza, Los Pumas Clasics se pelaron la piel con Horacio Agulla, Gonzalo Tiesi y Gonzalo Camacho a la cabeza Hubo tonadas tucumanas con Julio Farías Cabello, Antonio y Lisandro Ahualli; cordobesas con Pedro Garzón, José Basile y el “Mono” Quetglas, entre otros. Ex Pumas de varias provincias se dieron cita, predispuestos, generosos y por sobre todo, agradecidos con vivir una jornada en una provincia donde son recibidos con honores.

Si lo dice el “Chapa”

No es una novedad el sentir de Eliseo Branca por Tucumán. El ex puma, con el corazón en la mano, habló con nosotros y nos decía: “Venir a Tucumán es llegar a un lugar especial para mí. Acá la pasión, los milagros y el sentimiento florece en forma sincera. Es una provincia que amo y su rugby me identifica en sus personas y su juego como unidad. Sigo brindando por mis amigos, por compartir una mesa compartida con los Pumas Clasics cada vez que piso este suelo de grandes amigos”.

Lo que dejó la jornada

En apostillas sintetizamos lo vivido. Fueron un poco más de siete horas a pura emoción. De un mix de sensaciones que resumen un sentir de camaradería, inclusión, juego y un fuego sagrado que tiene a Tucumán como un lugar incomparable.