Martes 23 de Abril de 2024

12/02/2023

Entrevistas

Glorias

Los recuerdos del monarca

TERCER TIEMPO NOA estuvo en Córdoba con una de las mayores figuras de la época dorada del rugby de Tucumán, Nicolás “Mono” Rizzo. En una charla imperdible, dialogamos con el cordobés que hizo historia en el rugby del “Jardín de La República”.
Patricio Guzmán

Redactor de Tercer Tiempo Noa

Es sábado en La Docta. Corren once días acalorados de un Febrero con tonada cordobesa y la cita puntual a las 10 AM en el mítico barrio Marqués Sobremonte, tiene en la figura por entrevistar un sentimiento especial. Es “Mono” Nicolás Rizzo, el cordobés que dejó la impronta rugbistica de su amado en Tala en suelo tucumano. Un ADN que lo llevó a ser el entrenador principal del mayor triunfo del rugby de selecciones en el NOA, cuando desde su rol de entrenador principal, Los Naranjas le ganaron al Seleccionado de Francia en una noche de junio del 92 en el estadio de Atlético Tucumán.

Rizzo y la ovalada. Su pasión por el rugby fue y será eterna. Foto: Patricio Guzmán Rizzo y la ovalada. Su pasión por el rugby fue y será eterna. Foto: Patricio Guzmán

Luego de cruzar el jardín central de la amplia propiedad, el calor deja por momentos de golpearnos, para ser invadidos por una frescura metálica en un pasillo que parece no tener fin. La espera es corta y la ansiedad por darle rec a la entrevista perece ser eterna.

Aparece un histórico

Un lento ascensor vidriado que baja, nos deja ver casi en una aparición cinematográfica, la figura de Rizzo pasa de la seriedad de su rostro duro, a cambiar en una sonrisa picaresca. De fino bastón en mano, impecable y coqueto, el “Mono” aparece por completo y saluda. “Un gracias por venir” son las primeras palabras del hombre de casi 100 kilos, que pasa sus días en la cuidad que lo vio nacer, mientras se recupera de un reemplazo de cadera.

El Mono y su amor incomparable, María Luz. Foto: Archivo de TERCER TIEMPO NOA El Mono y su amor incomparable, María Luz. Foto: Archivo de TERCER TIEMPO NOA

Nos sentamos y entre el convite de gaseosas en lata y algunas galletas obleas, le damos por fin rec a nuestras benditas ansias. La idea no es contar su biografía. Ya lo hicimos en varias notas atrás y en el libro “Históricos Naranjas”, que bajo la pluma de nuestro Director Tomás Gray, menciona al “Mono”, entre los mayores emblemas del rugby del “Jardín de la República”. La idea es desmenuzar su camino, navegar por momentos, nombrarle personas y los mitos que encierra su vida en sus pasos ovalados por Córdoba, Salta y nuestro Tucumán.

Tala de su salvación

“Yo tenia un vicio de jugar ala villa por dinero y el rugby se Tala me salvó de perder tiempo y dinero en apuestas suculentas. Un club que desde sus impronta me dio un patrón de conducta que llevaré hasta el fin de mi vida. Tuve el honor de vestir la camiseta blanquinegra jugando de pilar derecho, de tercera línea y en algunas oportunidades de centro si me lo solicitaban” - afirma con voz gruesa y pausada.

Pasión blanquinegra. Pelota en mano, Rizzo se viste de gala con la camiseta de su amado Tala. Foto: Archivo de Tala Rugby Club Pasión blanquinegra. Pelota en mano, Rizzo se viste de gala con la camiseta de su amado Tala. Foto: Archivo de Tala Rugby Club

¿Cuáles eran las características de ese Rizzo jugador?

La fortaleza física en el impacto, el tackle y la entrega en forma permanente. Siempre leal al juego y al ADN de Tala.

¿Tuvo ídolos en el rugby?

Raúl Loyola de Universitario de Córdoba fue mi primer ídolo y el primer puma que dio mi provincia. Luego apareció “El Hombre de la Vincha”, la “Pochola” Silva e idolatré siempre a los veteranos de Tala con el “Gallego” Pirigüana y el “Rusito” Smolinky a la cabeza. Nos juntábamos en lo del “Gallego” Gurlekian y allí comencé a beber de la mística de Tala.

Tres clubes a la vez

Un paso por Salta lo lleva a llevar sus labores y su rugby al Jockey de “La Linda”, para luego pasar a Los Tarcos. El “Mono” auditaba empresas de automóviles en el norte y luego volvía a Córdoba y a su hogar deportivo, Tala.

¿Es verdad que usted llegó a jugar en tres clubes a la vez en tres provincias distintas?

(Su seriedad se va por un instante y sonríe mientras se toma la nariz) Así es. Antes las uniones te permitirán hacerlo pasado los 200 kilómetros, así es que un fin de semana jugada en Jockey de Salta, me iba el otro a trabajar a Tucumán y vestía la camiseta de Los Tarcos, para luego volver al siguiente a Córdoba y jugar para Tala, mi club. Fue una bella locura que hice por un tiempo bajo la palabra de jugar sin sanciones en un juramento que hacía cara a cara con los árbitros de cada unión. Tiempo después jugué para Tucumán Rugby en los veteranos.

La fortaleza de un infante

El hombre que “bailó de lo lindo” en la colimba cuando le tocó la Infantería de Marina, también jugó en el Seleccionado del Sur. Su tiempo en Puerto Belgrano y su juego de enorme fortaleza, lo llevó a ser mimado por sus superiores en tiempos de ropa verde oliva. “Tiempo después volví a Bahía Blanca como entrenador de Tala, nos recibieron con una enorme camaradería” – recuerda agradecido.

Un amor con tonada tucumana

Su llegada a Tucumán lo lleva a Los Tarcos como jugador, y luego “Cacho” Zelarayán le da las llaves como entrenador del primer equipo rojo. “Siempre estaré agradecido a Los Tarcos, al Pavo López y Cacho Zelarayán. Fui de mirón a ver rugby en un club que fue mi primer casa deportiva en Tucumán. Recuerdo que mi primer tarde en Los Tarcos le insistí al Pavo que me presente a su concuñada. Primero se negaba y luego me abrió la puerta y así conocí al gran amor de mi vida, María Luz Gil Furké, quien extraño y amaré siempre”-

Su voz se quiebra y el sorbo de gaseosa le da frescura al fuego interno de un tipo duro. Un ser que manejó maquinarias deportivas y humanas de alta entrega. De tiempos románticos de bohemia, terceros tiempos interminables y de su amor ausente pero eterno.

En Los Tarcos, los que peinan canas cuentan que en disconformidad con su club al dejarlo ir a usted a Tucumán Rugby, el “Tumba” Molina deja de jugar y se marcha para seguir en Lawn Tennis ¿Es verdad o un invento?

(Se pone serio y toma una pausa y se ríe luego) Si es así se lo preguntaré al Tumba. El habla poco  por eso le dicen Tumba. Lo más seguro que esa respuesta me la diga el Pavo López si es que fue así. Luis Molina es un tipo increíble. Un ser humano extraordinario y un jugador que en mi equipo siempre era titular. Una roca. Jugó dos mundiales.

Un tiempo verdinegro y la amistad con el Gran Willy

Con las llaves que le dieron dirigencialmente el “Mudo” Juan Carlos Griet y Julio Paz, Rizzo llega al club verdinegro de manos de su gran amigo, el entrenador Guillermo “Willy” Lamarca, con el que ganaría muchos campeonatos, como entrenadores principales,  nutridos por un semilleros de cracks de interminable data. Secundado siempre por Adalberto Páez Márquez y Hugo Shaw, el Mono afirma: “ Nos costaba armar el equipo. El plantel estaba lleno de cracks y de jugadores como grandes condiciones por pulir. Fuimos creando una idea de juego integral, sin dejar el fuego de darle vigor al pack de forward principalmente. Le dimos herramientas como las pesas, las exigencias hasta sobrepasar la fatiga y a enarbolarse al scrum como uno de los pilares fundamentales. Les dábamos unas cagadas increíbles en los entrenamientos. Exigimos sus cuerpos y sus mentes al máximo. Ellos luego llevaron todo lo aprendido al juego” – afirma orgulloso.

¿Eso aprendió en Tala?

Si dudas. Les di mi fuego. Mi parte humana y deportiva. Les entregué lo que mamé en Tala.

Tala y sus amigos en una pasión blanquinegra de sus orígenes con el rugby. Foto: Archivo de Tala Rugby Club Tala y sus amigos en una pasión blanquinegra de sus orígenes con el rugby. Foto: Archivo de Tala Rugby Club

¿Y dentro del juego quién eres su socio?

Más allá del liderazgo, que bien llevaba como capitán el Cheto José Santamarina, siempre tuve un socio inteligente, vivo, pícaro y el que era el termómetro del juego de calidad. Ese fue Eduardo García Hamilton, La Cata. Desde su rol de medio scrum era el que sabía todo de todos; que pasaba por el cuerpo y la mente de cada jugador. El equipo tenía pesos pesados en todas las líneas, pero mi socio-jugador era La Cata. Con el hacía todo a ciegas. Fue un bohemio, un carasucia y dueño de unos huevos tremendos. Yo le daba las llaves y te abría todas las puertas.

Nostalgias

La mañana avanza con el trinar de pájaros y el sol sigue castigando con su fuego, el mismo que enciende una charla que parece no tener fin. Rizzo recuerda, se toma su tiempo y rememora: “¡Que equipo era Tucumán Rugby! Siempre le estaré agradecido a Willy Lamarca de haberme llevado. Manejamos un equipazo ¡Ojo! Un equipo lleno de cracks, que era la columna vertebral del seleccionado tucumano y con algunos Pumas que no es un dato menor. Teníamos una línea de backs tremenda. Ellos se divertían y nosotros disfrutábamos de afuera” – agrega.

Vieja y gloriosa Naranja

Su amistad con el “Pavo” Juan Carlos López y el inolvidable “Mocho”  Gabriel Palou, lo llevó a ser la cabeza principal de seleccionado naranja que le ganó al Seleccionado de Francia por 25 a 23 en Atlético Tucumán, luego de ir perdiendo por 23 en el entretiempo.

El Mono flanqueado por aquellos históricos Naranjas que le ganaron a Francia. Foto: Archivo TERCER TIEMPO NOA El Mono flanqueado por aquellos históricos Naranjas que le ganaron a Francia. Foto: Archivo TERCER TIEMPO NOA

¿Recuerda la arenga del entretiempo en el partido con Francia?

Como si fuera hoy. Fue puro fuego e incentivo. Le dimos un mensaje a todos y a José Santamarina en principal. Al salir al segundo tiempo el equipo había tomado el mensaje y lo plasmó en un triunfo sin igual. Manejamos sus mentes, hicimos hincapié en la representación provincial y en sus orgullos. Así floreció el amor propio y la mística. Luego del triunfo  senté en la tribuna al verlos disfrutar, mientras los observaba cantar con el público, me caían las lágrimas.

¿Es tímido en la exposición y el halago?

Totalmente. Lo soy desde niño. Te lo resumo, en el 2013 la Unión de Rugby de Tucumán me entrega la mayor distinción, el CAP. Fue un acto multitudinario en la sede y antes de ir me tomé una pastilla para superar ese momento. Te aclaro, me encanta que me mimen, pero al principio me cuesta. En las calles cuando me reconocen al principio me hace arrugar por la vergüenza y luego puedo vencerla.

Si el rugby de Tucumán fuera una persona que usted puede abrazar y susurrarle al oído, ¿qué le diría?

Te quiero. Me hiciste muy feliz. Gracias por los afectos. Por dejarme divertirme contigo. Por vos conocí a mi esposa y mis amigos y eso es todo para mí.

Definiciones de un inquebrantable

La entrevista agoniza y la tarde le va ganando a la mañana que dice adiós. Es difícil no emocionarse al escuchar al hombre que parece inquebrantable, y al que jamás vimos llorar. Lo dejamos irse de a poco, pero nos quedaríamos con su permiso anocheciendo nostalgias. Antes de partir le hacemos un ping pong de preguntas, que para no demorarlo en su puntual almuerzo, pedimos tengan respuestas cortas.

¿Qué es Tala para usted?

Mi identidad. Mi vida. El lugar de mis amigos en una mesa generosa. Tala es todo.

¿Los Tarcos?

El club que me dio la posibilidad de entrenar al pasional rugby de Tucumán. Les estaré agradecido de por vida.

¿Tucumán Rugby?

El lugar donde plasmamos un juego inolvidable. Donde hice amigos que son incontables, con Willy Lamarca a la cabeza y donde me divertí muchísimo.

¿El seleccionado tucumano?

Un desafío. Fue un honor ser parte de su rica historia.

¿Willy Lamarca?

Un hermano de la vida. Estuvo, está y estará en todos mis momentos. En los malos, mucho más.

¿Quién es para usted Juan José Garma?

Es Choqué, es Jota, Jota. Es un ángel. Mi asistente de siempre. Un ser que adoro y un crack de la vida.

¿La Cata García Hamilton?

Un amigo que perdí físicamente y que extraño siempre. Sus modales y sus afectos los resumo en que le daba igual comer con un mendigo o con un noble. El jugador que mejor me entendió y el amigo que amaré siempre.

¿Quién es el Mono Rizzo?

Un ex rugbier. Una persona que trató de pregonar y defender el deporte de sus amores. El que acaricia esta pelota y le dice a todos, tomando una frase de Diego, que la pelota no se mancha.

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