Hasta el año que viene

Por: Frankie Deges

Sigue el Súper Rugby para ocho franquicias, no más para Jaguares que el sábado en la gélida noche de Vélez Sarsfield se despidió de una temporada que muchos buscan calificar.

Si fue buena, regular o mala que quede para el gusto del consumidor ya que cualquier calificación dependerá de la expectativa previa.

En mi caso, por si el lector no viene siguiendo mis columnas en A Pleno Rugby, mi planteo arrancó con que en la temporada debut todo sería difícil y nuevo, que el tiempo sería el gran desafío de unos Jaguares que se insertaban en una competencia que cumplió en esta temporada su mayoría de edad, con 21 años de exitosa existencia.

Se ganaron tan solo cuatro partidos de quince. ¿Poco? Nuevamente, según el cristal del análisis. Obviamente todos queríamos que ganen más.

No se aprovecharon algunos momentos de buen rugby para cerrar partidos que se podrían haber ganado. Hubo también momentos en que no apareció la personalidad esperada y otros en los que hubo exceso de eso. Errores y virtudes hubo en gran cantidad. Todo parte de la mentada curva de aprendizaje.

Alto costo

Se pagó un costo importante con la cantidad de viajes y el cansancio acumulado pero eso debe ser una enseñanza ya que no va a cambiar – de hecho el año próximo se jugará con equipos australianos por lo que habrá que sumar un par de horas más a cada viaje – eso sí, no habrá que ir a Japón.

Lo que sí quedó bien claro fue que se promovió a muchos jóvenes que están recién arrancando en el rugby profesional. En total, jugaron 41 jugadores.

La primera línea ayer terminó con todos chicos novatos, de ala estuvo el pichón de Marcos Kremer que tiene un futuro de Puma inmediato. Sacando a los inoxidables Juani Hernández, Legui Leguizamón y al capitán Agustín Creevy, el resto son todos entre jóvenes y muy jóvenes.

No fue sencillo para nadie. Fue un proceso de iniciación por el que hay que pasar. Una especie de adolescencia rugbística, si bien elijo no recordar mucho la mía, la estoy viviendo a través de un hijo…no es sencilla.

Las exigencias serán más grandes el año próximo porque habrá más conocimiento aplicado. Entenderán mejor como funciona esta maquinaria, que necesita cada jugador, cada entrenador, como mejorar la convivencia. Qué hacer y cuándo.

Riesgo caro

Los Lions tenían todo para terminar en el primer lugar de la fase regular de este primer Súper Rugby con 18 equipos. Eligieron dejar en Jo’burg a varios de sus titulares, que descansen y se recuperen de cara a los play-offs. Tal vez no esperaron que Jaguares tuviera tantas ganas de despedirse con una victoria.

O no contaron que se desmoronarían a partir de una tarjeta amarilla. Más allá de las fallas o causas de los Lions, lo bueno fue ver que aún en el cierre de un torneo complicado, apareció la personalidad de Jaguares para dar vuelta un partido que tuvo un primer tiempo claramente favorable a la visita.

Ese scrum que había sufrido a lo largo del torneo y hasta en la ventana de junio, encontró lo que había olvidado, y fue clave en la recuperación Jaguar. Si bien el try penal llegó cuando el pack de Lions estaba con uno menos, la complicación que le generó allí fue clave, tan clave que condujo al triunfo.

El octavo Facundo Isa tuvo un partido descollante y su try también llegó con el empuje de su pack. Cuando dejó la cancha hubo otra posibilidad de un try de scrum que se escabulló por error en el manejo de la base. Otra lección a futuro.

Ahora viene unas cortas vacaciones para un grupo de jugadores golpeados, cansados y necesitados de cambiar el aire. Vendrá bien y es una ventaja que tendrán – si cabe – respecto a los otros tres seleccionados del Rugby Championship que tendrán jugadores involucrados en la etapa final del Súper Rugby.

Los Pumas quedaron en deuda después del último partido contra Francia y no es fácil de pagar cuando enfrente se tiene a Sudáfrica, Nueva Zelanda y Australia. Quedará en la habilidad del Huevo Hourcade enderezar el rumbo. Empieza la presión por subir en el ranking ya que a fin de año se define el ranking que se usará para definir las zonas de Japón 2019.

Por la medalla

Antes del quinto Rugby Championship estará el regreso del rugby a los Juegos Olímpicos después de 92 años de ausencia. Santi Gómez Cora llevará un plantel sólido a Río para jugar en el estadio de Deodoro, en las afueras de la ciudad, del 9 al 11 de agosto.

Obviamente, los titulares se los llevó la convocatoria de Juan Imhoff. Cabe decir que el rosarino cuando negoció su último contrato con el Racing Metro 92 dejó abierta la posibilidad de jugar en los Juegos. Dicen que organizar con él su llegada al plantel fue tan sencilla como placentera. El rosarino le aporta al equipo un factor X.

Tute Moroni llegará a cidade maravilhosa con un record único – cuando salga a la cancha habrá jugado en el Mundial de Seven (en Moscú 2013), en el Mundial de XV (2015) y los Juegos. Para alguien que empezó a jugar tan solo a los 18 años todo lo que ha ido consiguiendo en una carrera que empezó con una explosión es para aplaudir. De pie.

La apuesta del rugby en los resultados del paso por los Juegos es enorme. En los países donde el rugby no está muy difundido se espera una explosión. En nuestro país ya está bien difundido.

Un seleccionado argentino había sido elegido para viajar a París en 1924, en la última participación del rugby en un Juego. Pasaron 92 años y un equipo Puma estará en el regreso.

Sur x Norte

Ver el Súper Rugby al revés fue interesante. Gracias a la profesión de periodista, uno se acostumbra a disfrutar de ciertos beneficios en cuanto a comodidades e infraestructura. Para el cierre de la larga y cansadora temporada para jugadores y cuerpo técnico – el resto quisiéramos que el Súper Rugby siga – después de ver los anteriores partidos en la tribuna principal crucé hemisferios y me instalé en la Tribuna Sur del estadio de Vélez Sarsfield con un grupo de amigos e hijos.

Cerca de la línea de 25 yardas donde Facundo Isa apoyó el try que dio comienzo a la reconstrucción Jaguar, debo admitir que veía mejor que en la tribuna de prensa por la cercanía con la pantalla gigante. Ese elemento hoy, en este nivel, se hace indispensable, sobre todo cuando el referí pide ir al TMO en busca de ayuda. Descarto es un tema de Vélez, pero pareciera que esa pantalla está colgada del cable. Con tanta tecnología a disposición, una lástima no poder ver mejor.

Quien haya entendido que la música y las luces son una necesidad del Súper Rugby debería explicar bien esa motivación. Será que la cumbia, cumbia villera, cumbia rock o como sea que se llame a esa música que invadía en cada momento que se paraba el partido no es el estilo que mas me atrapa, pero el DJ trabajó mucho más de lo que merece el rugby. Pídanle de paso que revise la letra de algunas de las canciones y elija no ponerlas nuevamente porque alguna de la letra va en contra de lo que enseña el rugby….

Jaguardo se ganó un lugar en el ambiente festivo. Tirarse de una de las torres de luces, lo hace mas grande como mascota aún.

Disfruté del partido, de la fiesta más no de la música, y de un cierre que, en los ojos de mis dos hijos menores, “estuvo buenísimo.” En definitivo, eso es lo que realmente importa.

¡Hasta el año que viene Súper Rugby!

Fuente: aplenorugby.com.ar